Castelnou ha ganado 100 habitantes en dos años

Castelnou organizó en agosto del 2010 la llamada caravana de niños. El objetivo del ayuntamiento era repoblar un municipio que había visto cómo se cerraba su escuela y perdía vecinos sin cesar. Entonces contaba con un censo de 130 personas. Ahora son 230. El balance es bueno, pero la única empresa que se había instalado en la localidad, Modul System, acaba de marcharse y ha dejado a sus 20 trabajadores en la calle.

Algunos de nuevos pobladores que acudieron a Castelnou atraídos por las perspectivas de empleo, se han marchado. Pero otros siguen apostando por vivir en este pueblo de la comarca del Bajo Martín. Su alcalde, José Miguel Esteruelas (PAR), aún cree en la aventura que emprendió en el 2010. "No vamos a cejar en nuestro empeño", afirma rotundo. Esta semana han mantenido contactos con otra empresa para intentar que se instale en el municipio. Ofrecen el suelo gratis. Y mano de obra.

"La marcha de Modul System ha sido una decepción. No es agradable, pero no tiramos la toalla, apostamos por que Castelnou siga ganando población y eso solo se puede hacer atrayendo empresas que ofrezcan puestos de trabajo. Por nosotros no va a quedar, pese a las difcultades del momento", explica.

Castelnou sigue los pasos de Aguaviva, el municipio turolense que fue pionero en la captaciones de nuevos pobladores. Han pasado ya 12 años desde que los primeros inmigrantes llegaron a la localidad. Les ofrecían casa y empleo.

Aguaviva cuenta en la actualidad con un 20% de población inmigrantes. Sobre todo argentinos, uruguayos y rumanos. El municipio ha pasado de los 530 habitantes a los 725. Su alcalde e impulsor del proyecto, Luis Bricio, asegura que el programa de repoblación ha funcionado "muy bien". Familias han pasado muchas. Unas se han quedado, otras se terminado marchando. "Ha habido momentos complicados porque la adaptación y la integración no siempre es fácil", admite. "Algunos pensaban que les íbamos a resolver la vida, que todo serían facilidades", dice.

Ahora el momento no es propicio para atraer vecinos porque falta trabajo. Pero Aguaviva fue el primer municipio español en emprender un proyecto de captación de inmigrantes para frenar la despoblación. "Los hijos de los que llegaron en el 2000 son ya aragoneses".

Artículo leído en el periódico de Aragón